lunes, 20 de octubre de 2008

EN EL CAMINO

Chica conoce a chico.
Chico conoce a chica.
Giran sin parar en un cúmulo de risas.
Embriagados por el latir de un sólo corazón olvidan el resto del mundo por el camino.
Emprenden una senda sobre una bicicleta.

Viaje en coche. Canciones sin terminar.
Saco el brazo por la ventanilla. Hace frío. Mira, a esas montañas se les llama "la dama de la montaña", porque entre todas forman una mujer...
Hace frío aquí. Pero... desde aquí tienes las mejores vistas de esta ciudad mágica... quiero irme al coche... sé que te vas a marchar... quiero llorar.
¿Por qué crees que una persona puede raparse la cabeza? eso sólo puede significar que algo no está bien.
Está lloviendo, el agua se me mete en las deportivas y las lágrimas se mezclan con el agua.
No puedo seguir mirándote... finjo una llamada telefónica y me salgo fuera... no lo soporto... esa maldita música se me mete por todas partes... me estalla el corazón...
Paseo por la ciudad desconocida... hablando de tí...
Mi barrio... luce el sol, las decisiones me hacen dudar.
Tú... al lado de los cubos de la basura... tú... sonriéndome con la pena de que sabes que me voy a ir sin tí...

Y todo se vuelve negro... porque al final... todo queda en el camino... no nos llevamos nada...
Escribo sobre tí... sobre todos. Sobre mí, sobre todas las cosas que me han hecho daño... y también sobre las que me han hecho feliz. Escribo sobre broncas, escribo para tapar agujeros, para sacar sonrisas, para llorar, para sentir...


...pero todo se queda en el camino...

jueves, 2 de octubre de 2008

JUEVES

El verano terminó lentamente, con el sol asomando por octubre, al final de la calle gris, a través de la ventana con visillos rotos.
Tenía ganas de llevar bufanda, y tanto crucé los dedos que cayó el mayor diluvio de la historia en este barrio obrero madrileño.

Secas las botas y secos los ojos, calla el viento.

Cambio, rutina, comienzo.

Me muerdo las uñas más que de costumbre, en un acto mecánico casi enfermizo... y la calma del verano ha dado paso a un septiembre lleno de organización, o mejor dicho: caos organizado.

Hace mucho tiempo que no escribo, porque no sabía como retomar esto... pensaba que cualquier cosa que escribiera sería peor que lo anterior... y bueno, al final supongo que todo es empezar, retomar por algún sitio y seguir hilando.


Otoño no es una estación especialmente alegre, sin embargo, el fresquito de las mañanas y las nubes agolpadas sobre los edificios fomentan el engullimiento de tés y reflexiones...

Tés con olor a menta, y un suave toquecito de canela. Los coges con ambas manos, calentándotelas, y después acercas la nariz a ese vaporcillo caliente con olor... cierras los ojos y por un momento terminas de revivir los buenos tiempos bajo el sol, y a prepararse para lo que llega.


Empezamos nueva etapa, juntos y revueltos... felices, nerviosos. No sé si más nerviosos que felices...



...pero el caso es empezar, retomar, ¿no?






Gracias, anónimo... me has devuelto las teclas que faltaban...