jueves, 2 de octubre de 2008

JUEVES

El verano terminó lentamente, con el sol asomando por octubre, al final de la calle gris, a través de la ventana con visillos rotos.
Tenía ganas de llevar bufanda, y tanto crucé los dedos que cayó el mayor diluvio de la historia en este barrio obrero madrileño.

Secas las botas y secos los ojos, calla el viento.

Cambio, rutina, comienzo.

Me muerdo las uñas más que de costumbre, en un acto mecánico casi enfermizo... y la calma del verano ha dado paso a un septiembre lleno de organización, o mejor dicho: caos organizado.

Hace mucho tiempo que no escribo, porque no sabía como retomar esto... pensaba que cualquier cosa que escribiera sería peor que lo anterior... y bueno, al final supongo que todo es empezar, retomar por algún sitio y seguir hilando.


Otoño no es una estación especialmente alegre, sin embargo, el fresquito de las mañanas y las nubes agolpadas sobre los edificios fomentan el engullimiento de tés y reflexiones...

Tés con olor a menta, y un suave toquecito de canela. Los coges con ambas manos, calentándotelas, y después acercas la nariz a ese vaporcillo caliente con olor... cierras los ojos y por un momento terminas de revivir los buenos tiempos bajo el sol, y a prepararse para lo que llega.


Empezamos nueva etapa, juntos y revueltos... felices, nerviosos. No sé si más nerviosos que felices...



...pero el caso es empezar, retomar, ¿no?






Gracias, anónimo... me has devuelto las teclas que faltaban...

1 comentario:

Gema dijo...

Haaaay qué bonito, es que lo describes TODO tan bien...

hacía un tiempo que no veía tu blog, y me encanta, like always ;)

muchísima suerte en tu nueva etapa, princesita ;)