jueves, 5 de junio de 2008

¿Por qué el miedo nos nubla el juicio?


La canción avanzaba despacito. Con los dedos temblorosos tecleaba al son de las lágrimas.
En su pecho sentía una presión... un dolor inexplicable...
...echaba su cabeza hacia atrás y respiraba mientras cerraba los ojos... sintiendo el cosquilleo del aguilla deslizándose por sus mejillas...
Tragaba saliva despacio... y sentía asco de su propia vida...
...pasaba sus dedos lentamente a través de su maraña de pelo negra... sintiendo la suavidad...
...cada vez que movía los dedos podía oler una mezcla de espuma suave y tinte recién echado...
Su mente retrocedió primero unas horas...
...después unos días...
...y finalmente se quedó quieta unos años atrás...
Ella era diferente... había cambiado tanto... pero no lo más profundo, eso no. En lo más profundo seguía teniendo la fuerza, los valores intactos... aunque ahora era más valiente, más segura de sí misma, y de todo lo que podía conseguir con una sonrisa...
Escuchó los primeros acordes de una guitarra ya olvidada, y deslizó sus labios a través de la madera mojada de lágrimas y rabia...
Notó una punzada de dolor en su mandíbula... había pasado demasiado tiempo apretando los dientes...
"Es mi turno"... pensaba... pero en su interior se sentía sin ganas de vivir... sin ganas de avanzar...
Lágrimas, notas tristes... acordes imperfectos para este alma que hoy vaga desesperada a través de la noche...
...noche de arena y mar...
...de cuerpo y llanto...

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