miércoles, 21 de noviembre de 2007

LA MUJER IMPERFECTA

Aquí me tenéis.
Soy la mujer imperfecta.
Nacida para amar, sin tapujos, sin mentiras.
Me llamaron Soraya por la princesa árabe de los ojos tristes. Hace pocos meses descubrí que mi nombre quería decir "PRINCESA".
Pero no princesa de las de antes, las medievales... ni tampoco princesa de ahora, como la de Gales... simplemente soy yo, una más. Todas las mujeres buenas somos princesas... aquellas que luchan por sobrevivir, por sus hijos, por el amor.
Aquellas que buscan solas una salida, que viajan, que escuchan y hablan, que luchan por lo que creen... y creen para vivir.
Labios finos, boca pequeña. Cejas a menudo desdibujadas, pelo rebelde y despeinado.
Pendientes... cuando me acuerdo, pocas veces. No soy elegante, soy sencilla.
Me gustan los colores, pero vivo entre las sombras.
Algunos hombres me han enamorado en mis 22 años de vida, y fue la sonrisa y la voz lo que me cautivó de cada uno de ellos.
Las palabras son importantes, así como la forma de decir las cosas, y el tono de voz que utilizas.
Soy puro nervio, pura impaciencia... vivo por momentos, y yo voy eligiendo los momentos que quiero vivir.
Me siento libre... pero sin demasiado valor para lanzarme al vacío tras mis sueños.
Cansada de lo material, del dinero... de la manipulación y las malas ideas... de la hipocresía y la chulería, de la arrogancia, la prepotencia y los malos corazones.
Una de las cosas que más me llenan es viajar, conocer distintos lugares, distintas culturas, distintas lenguas. Gentes que se desviven por su tierra, por compartirla con los demás, por enseñarnos sus historias y sus paisajes...
...y así mi mente se va abriendo cada vez más, y mi corazón se va haciendo cada vez más grande.
Las ataduras, los compromisos, las falsas esperanzas. Los parasiempres no me sirven... no los quiero. Quiero el amor del día a día, vivir de los pequeños momentos, ir hilando fino... tejiendo mi camino, preparándome para todo.
Leo, escribo, paseo y como. Pequeños placeres de la vida que me han hecho tal y como soy... y si alguna vez he pensado en cambiar ha sido por vosotros, por ser una más del rebaño y no destacar en nada... porque me gusta pasar desapercibida, me gusta dar lo que tengo, y recoger lo que he sembrado.

...pero ahora el rebaño queda tan lejos de mí... y no hay vuelta atrás. Cogeré mis cosas y me marcharé, lejos de todos, buscando un lugar donde no exista la civilización, donde pueda tener todo el tiempo del mundo para hacer lo que me gusta, donde no tenga que detenerme a cada paso para preguntarme si lo estoy haciendo bien, donde no pueda hacer daño a nadie, donde exista plena libertad de pensamiento y de expresión, donde me respeten y me valoren como persona, donde no me juzguen...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Por un tiempo yo pensé que las mujeres buenas no eran perfectas. Que las mujeres buenas eran imperfectas y que, más que princesas, eran ángeles. Esa imperfección creaba una belleza que jamás podrá alcanzar la perfección tan pseudoperfecta. Eso lo pensé por un tiempo. Ahora probablemente lo sigo pensando, pero ya se ven pocos ángeles por las aceras. O al menos soy incapaz de encontrarlos. Cada vez que observo un posible ángel tarda poco en convertirse en demonio. Tal vez los años nublaron la vista incapaz de ver esas pequeñas cosas que en otro tiempo me deslumbraban. O tal vez las pequeñas cosas no existan. No lo sé.
Verdaderamente también busco ese lugar, llevo tiempo buscándolo. Si lo encuentras avisa, somos muchos los que deseamos encontrarlo. Aunque si fuéramos todos esos muchos dejaría de ser ese lugar que deseo. Por si acaso avisa, no se lo diré a nadie más

Anónimo dijo...

Cuando yo hablaba con la piedra olvidé preguntarle de donde era la nubecita. Pero algo dentro de mi cabeza me dice que es de aquel lugar de donde vienen los ángeles (o las princesas), y que encontró aquel lugar que buscan los ángeles (o las princesas). Es una pena que también olvidara preguntarle a la piedra donde se desplazó el lugar. Por eso tal vez alguien me ayude a encontrar el lugar de donde vienen o van los ángeles (o las princesas

Dunkler Geist dijo...

Mi princesa...

Mi pequeña princesa...

Imperfecta dices? No creo que sea así...

Tú sabes lo que es sentir desde lo más profundo...

Tú sabes lo que es amar hasta vaciarte...

Tú sabes lo que es entregarse sin pedir nada a cambio...

Tú eres sencilla, cariñosa, impaciente, revoltosa...

Tú eres humana... pero de esa variedad que no abunda y a la que se maltrata por "no ser como los demás", por ser "especialmente sensible", por saber AMAR...

Hoy, y especialmente hoy, soy yo quien te abraza a tí...

Unknown dijo...

Bellisimo, me encanta...en esa imperfección esta la belleza pura y natural...hermosa Princesa

Unknown dijo...

Bellisimo, me encanta...en esa imperfección esta la belleza pura y natural...hermosa Princesa