viernes, 21 de septiembre de 2007

DIWALI

Atardece en Benarés.
Se esconde el sol a orillas del Ganges... se respira tranquilidad, se escucha el agua...
A sus pies el agua roza tus ilusiones... ese río que transporta agua sagrada llorada por los dioses...
Hace ya mucho tiempo, cuando el hombre no era más que creencias y espiritualidad, Priya regresaba a Benarés.
Los habitantes de la ciudad habían iluminado el camino con lámparas y antorchas, para que Priya no se perdiera entre tanto misticismo.
Caminó despacio, disfrutando de la luz que se extendía a su alrededor.
Recordaba el motivo de su viaje, y se sentía satisfecha: había conseguido hacer felices a los que le rodeaban... ése era el sentido de la vida.
Escuchaba las primeras notas de un sitar... estaba cerca...
Los dulces habían empezado a repartirse, se respiraba aire festivo...
Priya disfrutaba de los sabores, la música y la luminosidad infinita del Dipawali... pero lo que más le gustaba era ese sentimiento de compartir que embriagaba esta celebración.
Antes de partir hacia su ciudad, había estrenado un vestido nuevo... se decía que era el día más próspero del año, en el que emprender negocios, probar suerte o incluir un cambio en la vida de uno mismo podían ser un acierto.
Sus pies descalzos rebosaban experiencias recientes.
Su sonrisa indicaba fortaleza, estaba satisfecha con lo vivido.
Sus delicadas manos se movían al compás de sus caderas, que empezaban a sugerir el próximo baile...
Apresuró el paso... pronto llegaría a su hogar...
...y tenía tanto que contar...


2 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Hola:
Muy buena y entretenida historia. Saludos

Jonathan D.F. dijo...

Muy bonitas las entradas de tu blog =)

www.unviajeamilocura.blogspot.com